El presente proyecto consiste en la rehabilitación de la estructura de un edificio de viviendas en la localidad de Ibi. El promotor se pone en contacto con nuestro estudio para comunicarnos que han aparecido una serie de deficiencias en los pilares de la planta sótano del edificio donde reside. Cuando vamos a hacer las visitas de obra, observamos que debido a un aporte continuo de humedad, han aparecido manchas en los muros de sótano y los pilares presentan una serie de grietas. Tras la realización de unas catas, comprobamos que las armaduras de los pilares y de los muros de sótano se han oxidado y, consecuentemente, se han hinchado, haciendo que el hormigón que las recubre se agriete y se desprenda. Después de una serie de pruebas, se llega a la conclusión que la humedad se ha producido debido a las reparaciones que se hicieron en el saneamiento del edificio medianero y de las obras que se realizaron en la calle frente al edificio, en la que el terreno permaneció mucho tiempo abierto sin ningún tipo de protección frente a la lluvia. Una vez se terminaron todas las obras, el aporte de agua se detuvo y la corrosión no continuó. Pese a ello, el estado de los pilares era muy deficiente, con lo cual se procede a su reparación.
En primer lugar se realizan una serie de catas para comprobar el alcance de las humedades. Se escava hasta la cimentación y se comprueba que el agua no la ha afectado. A continuación se apuntala la estructura que va a ser intervenida y se retira toda la capa de hormigón afectada hasta dejar vistas las armaduras. Se aplica un mortero impermeabilizante en la base de los pilares como medida preventiva para evitar el ascenso de humedad por capilaridad en caso de que vuelva a aparecer. Posteriormente se aplica un tratamiento mediante chorro de silicato de aluminio para eliminar toda la capa de óxido de las armaduras. En aquellos puntos donde han perdido sección resistente, se sustituyen por otras nuevas. Los estribos de atado también se sustituyen y se anclan al hormigón mediante resina epoxi de alta resistencia. A continuación, a las armaduras se les aplica un tratamiento pasivante inhibidor de la corrosión. Para finalizar se recubren de hormigón de alta resistencia para volver a darle su forma original.
Para solucionar las patologías de los muros, el proceso es similar al anteriormente descrito. En un primer paso realizamos una serie de catas para comprobar hasta donde ha llegado el efecto de la humedad. Una vez hechas, podemos comprobar que las patologías son superficiales y no llegan a la cimentación. Por lo tanto se decide reparar puntualmente aquellos lugares más afectados. Para ello, se elimina la capa de acabado y hormigón que cubren las armaduras, se le aplica el mismo tratamiento mediante chorro de silicato de aluminio y así se elimina la corrosión. Se sustituyen aquellas armaduras que han perdido mucha sección y, por lo tanto, capacidad resistente, y se anclan al hormigón mediante resina epoxi de alta resistencia. Posteriormente se tratan con el mismo mortero pasivante inhibidor de la corrosión, se recubre de hormigón y se deja con su aspecto original. Tanto en el caso de los pilares como en los muros, se opta por dejar el hormigón visto sin el acabado de enlucido de yeso que había original, durante un tiempo determinado para comprobar que se han solucionado los problemas de humedad y no vuelven a salir manchas.